“Hemos pasado de cuestionar la automatización a necesitarla”
Entrevista a Pablo Medrano, CEO de Casual Robots, publicada en "AER Insight 2020"

La misma curiosidad que llevó a Pablo Medrano a brillar como ingeniero técnico de sonido e incluso a ganar un Grammy, es la que impulsó al CEO de Casual Robots a concentrar una de las mayores colecciones de robots de Europa, actualmente con más de 500 unidades diferentes. Las desmontó pieza a pieza para documentar todo lo que la robótica nos ha ofrecido en los últimos cuarenta años. Su pasión empezó con la aparición del robot Sony Aibo en 199, y continuó con el humanoide europeo NAO, del que se convirtió en desarrollador en 2010. Más allá de la curiosidad y el afán de coleccionismo, lo que movía a Medrano era acercar esta tecnología a la sociedad para no quedarnos atrás. Todo este entusiasmo cristalizó en 2015 en Casual Robots. Esta compañía especializada en robótica RAAS ha conseguido prestar servicio a más de 450 empresas con solo once empleados. Es un placer conversar con un entusiasta de la robótica con tanto conocimiento como Pablo Medrano.
– ¿Qué balance hacen de la actividad de Casual Robots en 2020, y qué previsiones hay para 2021?
– A nivel de retos, 2020 está siendo un año apasionante. Todo se ha acelerado, especialmente en el ámbito de la robótica de servicio. Hemos pasado de cuestionar la automatización a necesitarla. En nuestro caso concreto, estamos al alza en 2020, hemos estrenado dos nuevas sedes, y la previsión para 2021 no puede ser mejor. En definitiva, hemos tenido más inversión y crecimiento que nunca, y hemos creado dos nuevas divisiones: Casual360 y CasualRobotsPRO, con las que el año que viene esperamos duplicar el crecimiento actual. Además, hemos iniciado varios proyectos, aún secretos, que están siendo alucinantes.
Quiero recordar que Casual Robots no es un modelo de empresa tradicional: ha sido creada sin inversores externos. Cada paso es rápido, pero muy bien medido. Por eso, nuestro balance siempre ha sido positivo y al alza. Además, tenemos muchísimas líneas de negocio interconectadas entre sí, sin depender de un gran proyecto o cuenta.
– Casual Robots ayuda a las empresas a emprender la transformación digital. ¿Qué nota media le pondría al tejido empresarial español, y cómo podemos mejorar la automatización de las compañías?
– Nuestro mercado arriesga poco y, además, recibe pocos incentivos para hacerlo. Generalmente se buscan soluciones a corto plazo, con rendimiento inmediato y que cubran antes la imagen de transformación que la verdadera transformación en sí. La legislación tampoco ayuda demasiado: hay excesivas prohibiciones (fácilmente sorteables), miedos y falta de preparación, adaptación y cualificación. En un mundo digital y exponencial, esconder la cabeza o esperar a que el mercado mueva ficha no funciona, así como tampoco apuntarse al hype de una burbuja tecnológica, que termina pasando factura.
La tecnología son solo nuevas herramientas. Deben incorporarse en los procesos de las empresas, y la transición debe ser de aplicación inmediata, pero sobre todo responsable. Parece sencillo, pero ejecutarlo es complicado.
Proyectos como ‘Nosotros Robots’ (de Fundación Telefónica y Casual Robots) o ‘EsicTech’ (de Esic Bussiness School y Casual Robots) están dedicados a la sociedad para que entienda, se forme y adapte las nuevas tecnologías a su profesión y su vida. Con ello buscan promover un uso correcto de las mismas y acelerar su incorporación.
Por otra parte, espacios como ’The Place’ (impulsados por The Valley y Casual Robots) buscan ayudar a las empresas en este proceso. Allí informamos, formamos y generamos diferentes soluciones aplicadas directamente en los sectores de las empresas que nos visitan (salud, turismo, retail, etc.). Es una forma muy rápida de abrir los ojos y explicar, sin palabras, cómo pueden ayudar en su negocio las diferentes tecnologías.
Negocios relativamente recientes como el Car Sharing o el VTC (Vehículo de Transporte con Conductor), la eShop y el teletrabajo han venido para quedarse. ¡Hay que adaptarse!
– ¿Qué retos cree que pueden solventar las pymes a través de la automatización?
– Las fortalezas de una pyme son su creatividad, su velocidad de adaptación y la ausencia de grandas cargas (como infraestructuras de activo y personal complicadas, caras y lentas de modificar), que constituyen el problema de cualquier gran empresa. La automatización y las nuevas tecnologías permiten un rendimiento enorme en comparación con la tecnología convencional. Me refiero especialmente a la tecnología que sirve para gestionar y que no se ve, como los RPA (Automatización Robótica de Procesos), la inteligencia artificial, el vision computing, etc.
Las pymes actuales son como ese chaval con un Spectrum 48k de los años ochenta, pero se mueven en un DeLorean: en poco tiempo podrán sustituir a cualquier empresa “consolidada”. ¡Ejemplos no nos faltan!
– ¿Cuáles considera que son las innovaciones más disruptivas que ha aportado la robótica en los últimos tiempos?
– A parte del precio, las interfaces zero click, sin duda. Es decir, la conexión natural hombre-máquina. Esto engloba la capacidad de análisis y comprensión del entorno, la interpretación y la comunicación emocional. La inteligencia artificial en la nube y el vision computing lo cambiarán todo en nuestra relación, uso y comunicación con o a través de la tecnología.
– Hablemos de la robótica de servicio. ¿Cuáles son las principales tendencias que han detectado en este segmento?
– Aparte del Roomba (risas), las tendencias profesionales hasta ahora han sido las más llamativas y menos útiles. Hace pocos años se produjo un hecho sin precedentes: la fabricación y venta del primer humanoide hecho en serie: Pepper, que en 2014 se presentó para el mercado de consumo japonés y en modalidad leasing (partía de una inversión a partir de los 2.000 dólares). A los pocos años se ofreció el robot en formato B2B para el marcado internacional. Pero, teniéndolo todo a su favor, esta innovación sufrió los mismos errores que han causado el fracaso de la mayoría de las iniciativas de robótica de servicio en los últimos treinta años.
La tendencia actual es una mezcla entre ambas robóticas: la de éxito (que es la industrial) y una descafeinada de servicio. En otras palabras, robótica que haga menos pero que lo haga mejor: robótica de uso y utilidad directa.
“Es básico educar a la sociedad para que adapte las nuevas tecnologías a su profesión y a su vida”
Pablo Medrano, CEO de Casual Robots Tweet
– Usted participó en la creación de “The Robot Museum” para dar a conocer la robótica al público general. ¿Nos puede hablar de este proyecto?
– ‘The Robot Museum’ nació por casualidad: un día de 2013 me presenté con mi robot NAO a una juguetería y dije: “tenéis una tienda chulísima y yo, un montón de robots. ¿Hacemos algo?”. Aún recuerdo la inauguración, que iba a ser entre amigos, pero de repente allí estaban los medios y las agencias de noticias. El museo tuvo una repercusión internacional sin precedentes. No era perfecto, pero era el primero y al público le encantaba. Por allí pasaron colegios, soñadores y profesionales. En menos de un año, duplicamos la tienda y el espacio de exposición. Aquello me pareció la plataforma perfecta para traer a NAO/Pepper a España.
Pero el cuento no tuvo un final feliz: recibí un mensaje por Whatsapp en el que me decían que el registro del proyecto y de la distribución del NAO se había firmado a mis espaldas y que yo quedaba fuera. Desprenderme del proyecto fue muy duro e injusto, pero también la razón que me llevó a crear Casual Robots. Sin esa experiencia, jamás hubiera fundado mi empresa, ni hubiese tenido la independencia ni la libertad de las que ahora disfruto.
– ¿Qué percepción cree que impera en la sociedad cuando hablamos de robots?
– Un reflejo de WALL·E y Terminator: por un lado, fascinación, especialmente en la gente mayor, pero, por otro lado, rechazo y miedo a la pérdida de puestos de trabajo, a que nos espíen, etc. Es curioso cómo damos entidad a la robótica, aunque solo sea una integración de tecnologías que usamos a diario. Es como si ellos, los robots, pudiesen decidir su destino y su uso.
Probablemente esta reacción sea fruto de nuestra naturaleza y nuestros mecanismos de defensa ante los desafíos, mezclados con nuestras fantasías y sueños. Nos encontramos en el momento en el que todo esto se hace realidad, y eso es fascinante.
– ¿La robótica de consumo tiene que aprender de los avances de la robótica industrial o viceversa?
– La robótica de consumo o de servicio es infinitamente más compleja que la industrial. Actualmente la industrial empieza a incorporar tecnología de la robótica de servicio, lo que la hace ser más polivalente y eficiente.
Sin embargo, si hablamos de modelo de negocio, la robótica social debe aprender del modelo de negocio de la robótica industrial: llevamos años fabricando robots de consumo sin preguntarnos antes para qué sirven realmente, salvo excepciones como Roomba. Es curioso cómo llevamos treinta años deseando tecnología que permita hacer lo que hemos soñado, y cuando por fin disponemos de ella, se nos olvida la razón por la que la hemos fabricado.
– La Industria 4.0 ha abierto una batalla internacional por el dato industrial. ¿Qué diría que está en juego en esta competición?
– La competitividad, la libertad, el control y el dominio.
– ¿Qué elementos de una empresa cree que podremos automatizar en un futuro, que ahora apenas hemos explorado?
– La creatividad
– En la industria de la robótica cada vez tienen más peso los servicios, como el mantenimiento o la formación. ¿Qué servicios considera indispensables para acelerar la automatización?
– A nivel empresarial y social: la información, la concienciación, la formación y la integración. En paralelo, la Administración debe ser ágil y práctica, incentivar el proceso y legislar su correcto uso, pero no la tecnología en sí.
– ¿Qué papel cree que tienen las alianzas estratégicas para potenciar la automatización en el sector de la robótica?
– La estandarización de herramientas, lenguajes y hardware, y especialmente la promoción de una legislación rápida y eficiente que se adecue a los estándares de calidad. Son aspectos básicos para acelerar el proceso de transformación, pero no tienen visos de cumplirse. Personalmente creo que al menos debemos buscar la unidad en la Comunidad Europea. Lamentablemente, está cada vez más dividida y atrasada en criterio y decisión.
– ¿Cómo cree que afectará la era post-covid a la automatización industrial y de consumo?
– Como bien dice mi buen amigo Javier Sirvent, “crisis es oportunidad”, y el covid-19 ha sido como una bofetada en mitad de una clase de historia: ha desestabilizado y ha acelerado la necesidad del proceso. Si algo debemos aprender de 2020 es la necesidad de no tener dependencias externas. La automatización industrial es una de las únicas vías de competitividad para recuperar o crear sectores, además de mejorar los actuales.
En el sector del consumo, es cuanto menos curioso cómo hemos pasado del discurso de la prohibición de la automatización (por miedo a la pérdida de puestos de trabajo, a la captación de datos, etc.) al de la necesidad de usarla para proteger a las personas al no exponerlas al virus, para ganar en eficiencia en el trabajo (por ejemplo, en el análisis de muestras), o para comunicarnos y cuidar de nuestros mayores. La pregunta que nos viene a la cabeza es: ¿por qué no lo hemos hecho antes?


